domingo, 13 de diciembre de 2020

ADVIENTO -III SEMANA - Esperamos a Jesús con María

 



🔎 Prepárate con tu familia para recibir a Jesús. En el siguiente enlace la pauta de oración familiar para la tercera semana de Adviento:


ORACIÓN FAMILIAR - CORONA III DOMINGO DE ADVIENTO


 🔎 ¿Alguna oración diaria para vivir y esperar con la Virgen María?


A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO


Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos,
señora de la preñez.
Cuánto deseamos que camines con nosotros.
Cuánto necesitamos de ti.
Mujer del pueblo que viajas presurosa y alegre a servir
a Isabel, a pesar de tu vientre pesado y fatigoso.
Entre las dos tejerán esperanzas y sueños.


Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos,
también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños.
Soñamos con que el canto de las aves no sea turbado.
Soñamos con nuestros niños sin temores,
durmiendo tranquilos al arrullo de un villancico.
Soñamos que nuestros viejos mueran
tranquilos y en paz murmurando una oración.
Soñamos con que algún día podremos volver a tener
sueños, utopías y esperanzas.


Señora del Adviento, visítanos como a tu prima.
Monta tu burrito y ven presurosa.
Nuestros corazones son pesebres
huecos y fríos donde hace falta que nazca tu hijo.
Ven, señora, a calentar nuestros corazones,
a seguir tejiendo esperanzas con
nosotros, como lo hiciste con Isabel.
Solo así, en medio de la noche iluminada,
podremos volver a soñar…
podremos gritar ¡es Navidad!


DIOS TE BENDIGA

Evangelio del III Domingo de Adviento - 13 de diciembre

 PAZ Y BIEN


Evangelio según San Juan 1, 6-8.19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanen el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».

Palabra del Señor.