sábado, 28 de marzo de 2020

Marzo 2020








Domingo 28 de marzo

IV Domingo de Cuaresma
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45

«Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella».
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba.
Solo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Salgamos del sepulcro del miedo para pasar a la vida abundante que nos trae Cristo

Ya estamos a una semana de la Semana Santa y los evangelios nos han recordado la necesidad de Jesús en nuestras vidas, tan necesario como la luz, como el agua y ahora para resumir, nos dice que Jesús es vida y entonces los que están lejos de Él viven en la muerte. Vamos a ver hoy el episodio de la resurrección de Lázaro que nos muestra cómo es Jesús y qué es lo que puede hacer.

Lázaro estaba gravemente enfermo y la reacción de Jesús no es de indiferencia, sino todo lo contrario, es su amigo y llora por él. Así es Jesús. Ante tantos enfermos, Él sufre con ellos, porque está en cada hombre que sufre y puede comprenderlos. Jesús se conmueve profundamente y se estremece ante el dolor, porque valemos tanto para Él que dio su vida por nosotros.

Por otro lado, podemos ver que Lázaro fallece y Jesús lo permite para que los demás puedan ver la gloria de Dios. Ante la situación actual de peligro de muerte, también tenemos que pensar en ella y meditar en lo que viene después. Esta situación de peligro nos debe llevar a trascender y pensar en la muerte como la puerta para la vida eterna y esto hay que aceptarlo en paz y hasta con agradecimiento, porque Jesús ha vencido a la muerte. No hay que temer a la muerte.

Pero también hay una muerte espiritual que es consecuencia del pecado (la paga del pecado es la muerte) y quien trae la vida es el Espíritu de Dios. Todo lo que estamos pasando nos llama a despertar como Lázaro, a salir de nuestros sepulcros del miedo, angustia, pánico, desesperanza e indiferencia, para pasar a vivir una vida sin temores confiados en Cristo. Se viene la Pascua y es la oportunidad de cambiar de vida y dar el paso de la muerte a la vida.

Que la Virgen María nos ayude a prepararnos para la Pascua que se avecina, pasando de la muerte a vivir con Cristo que es la vida.

Hno. David Pacheco Neyra, OFM Cap

Paz y Bien

lunes, 23 de marzo de 2020

Cuaresma en tiempos de COVID-19 ¿CÓMO PREPARARTE A LA MISA ON LINE, EN TU CASA?



En esta Cuaresma (en tiempos de Covid-19), estamos participando en la Santa Misa y otras celebraciones litúrgicas desde casa. Alistémonos para este encuentro maravilloso con las siguientes recomendaciones:

1. Prepara tu corazón, piensa en el encuentro sagrado que tendrás con Jesús Eucaristía. De preferencia lee con anticipación las lecturas que se compartirán. 

2. Prepara, también, el lugar, ubícate en un lugar apropiado donde puedas mantener la atención. Sintoniza la transmisión minutos antes, apaga o bloquea cualquier distractor que pueda interferir. Es momento de concentrarte solo en la celebración.  


3. Cuando empiece la misa, únete profundamente, al sacerdote que preside, pidiendo perdón por los pecados que hayas cometido.

4. Escucha con atención la proclamación de las lecturas bíblicas, son Palabra de Dios. Medita en ellas con ayuda de la homilía del sacerdote.

5. Durante el Ofertorio, pon sobre el altar todo lo que estás viviendo, tus miedos, tus sufrimientos, tus esperanzas, tus intenciones, las intenciones del Papa.

7.- Vive con mucho respeto y fervor el momento de la Consagración, si es posible, ponte de rodillas para adorar a Jesucristo en su misterio de Amor, que toma nuestra carne y sangre y está a nuestro lado siempre. 

8.- Reza el Padrenuestro con claridad, acuérdate que eres hermano de todos los hombres.

8.- Durante la Comunión, adopta una postura de reverencia, si es posible, ponte de rodillas. Es momento de hacer la comunión espiritual, expresando el deseo inmenso de recibir a Jesucristo en tu ser. Puedes recitar esta oración u otra similar en tu corazón.



9.- Al finalizar, agradece al Señor que hayas podido participar en la misa y da testimonio de este encuentro con Jesús en tu vida diaria.



RECUERDA: 

La misa es el memorial de la Pascua del Señor, es decir, su pasión, muerte y resurrección. Únete a Jesucristo con amor, en este tiempo desde tu casa, guardando la dignidad y admiración correspondiente y seguro de que Él ESTÁ CON NOSOTROS Y NOS ACOMPAÑA SIEMPRE, mucho más, ahora en estos tiempos de Covid-19 que tanto nos cuestionan y desafían como humanidad.