viernes, 18 de septiembre de 2020

18 de setiembre - San Juan Macías


🔎¿Quién es San Juan Macías? 

San Juan Masías es un santo peruano del s. XVII. Aunque nació en España, su camino de santidad lo desarrolló en el Perú, fue contemporáneo y amigo de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima.

🔎¿Qué hizo por Jesucristo o por los hermanos?

 - Tuvo una vida de profunda oración, penitencia y caridad. De manera especial es conocido por su profunda devoción a la oración del Rosario. Y se cuenta una famosa anécdota que da cuenta de que por su intercesión muchas almas fueron salvadas del purgatorio.

- Nunca descuidó a los más necesitados a quienes desde el portón del Monasterio Santo Domingo ayudaba. Era frecuente ver a los mendigos, los enfermos y los desamparados de toda Lima que acudían a él buscando consuelo. 

- Amar sin prejuicios sociales. Así como socorría a los pobres, también daba buenos consejos a  la clase alta, a quienes llamaba "pobres vergonzantes", incluso el propio Virrey Toledo y la nobleza de Lima acudían a él. No distinguía entre las personas y ayudaba a todo aquel que necesitase un pan o una palabra. 

🔎¿A qué nos anima?

 Su vida, como caminante de estas calles y plazas limeñas, nos anima a la práctica constante de la oración del Rosario, al amor a la Virgen y a la ayuda fraterna al hermano que necesite de nosotros, más allá de los prejuicios sociales, incluyendo también a aquellos que se encuentran en el purgatorio.

¡San Juan Macías, ruega por nosotros!


Otros datos: fue beatificado por el papa Gregorio XVI, el 22 de octubre de 1837. El Papa Pablo VI lo canonizó el 28 de septiembre de 1975. Sus restos fueron sepultados en la Basílica santo Domingo del centro de Lima y es parte del denominado Altar de los santos peruanos.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Reflexión de la Semana: Un lenguaje difícil


 

Un lenguaje difícil


Al que no te ama, ámalo.

Al que te persigue, ora por él.

Al que te ofende, perdónalo setenta veces siete.

Al que te abofetea, respóndele sin venganza.

Al que te pida caminar un tramo, acompáñalo todo el día.

Al que te hace el mal, devuélvele el bien.

Al que te maldice, bendícelo.

Al que no te recibe, acógelo.

Al que te abandona, espéralo.

Pero recuerda que para no alejarte del prójimo:

Ama con el amor de Dios, que es más grande que el tuyo.

Lucha con la fuerza de Dios que supera tus fuerzas

Piensa no solo con tu inteligencia, sino toma la sabiduría del Espíritu Santo.

Mira con los ojos de la fe, para ver más allá de lo evidente.

Revístete de la gracia para que vivas una vida sobrenatural y puedas hacer el bien naturalmente.

Confía en Dios y no en tus capacidades, porque la capacidad de Dios no tiene límites.


Hno. David Pacheco Neyra, OFM Cap

lunes, 14 de septiembre de 2020

Reflexiones en el Matrimonio 1: Comunicación

 Nuestros amigos y colaboradores, los esposos Ulises Peña y Giovanna Alvarado dieron inicio a una hermosa serie de videos para orientar a la vida de pareja en matrimonio. Escúchalos, comenta y haz las preguntas que consideres necesarias.

Tema 1: El poder de la Buena Comunicación en el Matrimonio



Tema 2: ¿Cómo comprender a mi pareja?






domingo, 13 de septiembre de 2020

Evangelio del domingo 13 de setiembre

  


Primera lectura:

 Eclesiástico 27, 33 – 28, 9

"Acuérdate de los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo; acuérdate de la alianza del Altísimo y pasa por alto la ofensa". 


 Salmo 102 

"Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura".


Segunda lectura:

 Romanos 14, 7-9

"Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor".

 Santo Evangelio según San Mateo 18, 21-35 

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta:

«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 

Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.

Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:

“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste ¿no debías tener tú también compasión de un compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».


Palabra del Señor