Este blog, tiene el fin de llevarnos a reflexionar en nuestro caminar por la vida, con reflexiones inspiradas, donde muchas de ellas forman parte de los libros del P. David Pacheco en las editoriales las Paulinas y San Pablo
viernes, 7 de agosto de 2020
martes, 4 de agosto de 2020
04 de Agosto. Santo Cura de Ars
Por
si acaso...
En
cierta ocasión le preguntan al Santo Cura de Ars:
-
¿Por qué se detiene tanto tiempo, después de la consagración,
contemplando la sagrada Hostia?
Su
respuesta no carece de ingenuidad y profunda humildad:
-
Por si no tengo la dicha de contemplarlo en el Cielo.
Todo
para Ella
Corría
el año 1854, cerca de que la Iglesia proclamara el dogma de la Inmaculada
Concepción... El Cura de Ars preparaba su parroquia para el solemne
acontecimiento.
Cuenta
la baronesa de Belvey:
“Algunos
días antes de la proclamación de esta verdad de fe, oí cómo el siervo de Dios
predicaba un sermón, en el cual recordaba con momentos de alegría, todo lo que
había hecho por María Inmaculada.
Un
escalofrío pasó por todo el auditorio cuando al terminar, exclamó:
-
¡Si para dar algo a la Santísima Virgen pudiese venderme, me
vendería!”.
El burro
Juan María Vianney fue autorizado a estudiar en el
seminario, pero era considerado “muy lento” por los instructores.
Después de ser suspendido en más de un examen, su rector le dijo:
“Juan, los profesores no te consideran apto para la
sagrada ordenación al sacerdocio. Algunos te tachan de ‘burro que no sabe
nada de teología’. ¿Cómo podemos promoverte al sacramento del sacerdocio?”.
La respuesta que San Juan María Vianney le dio se
hizo célebre:
“Monseñor, Si Dios permitió que Sansón matara a cien filisteos con la
quijada de un burro. ¿Qué cree que podría hacer con un burro entero como yo?”.
Juan María acabó siendo ordenado sacerdote no por causa de sus luces intelectuales, que de hecho no eran su fuerte, sino por lo que más importa en cualquier sacerdote: la santidad de vida. Se convirtió nada menos que en uno de los más santos y extraordinarios párrocos conocidos en toda la historia de la Iglesia
Domingo 2 de agosto del 2020- Nuestra Señora de los Ángeles
REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy, San Mateo nos va a revelar el corazón de Jesús. Aconteció que después de enterarse de la muerte de Juan Bautista, Jesús buscó un lugar tranquilo para orar, no buscó el consuelo de los hombres, sino el de su Padre, por ello, lo mejor que podemos hacer ante una mala noticia es acudir a la oración, que es abrir el corazón a Dios para que lo sane, lo aclare, lo fortalezca; pues solo en Dios encontramos la motivación para seguir adelante.
La gente seguía a Jesús y buscaba que Él los sanara, Él reconfortado con la oración sigue haciendo el bien y he aquí que se nos revela otra motivación que mueve el corazón de Jesús y es que siente compasión; esto es, hace suyos los dolores del otro, y los sana. Dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium: “El amor a la gente es una fuerza espiritual que facilita el encuentro pleno con Dios”, pues no podemos amar a Dios sin amar al hermano.
Además, se da el milagro de la multiplicación de los panes, donde Jesús nos invita a tener un corazón dadivoso, como el de Él. Jesús no nos pide cosas grandiosas, ni dar más que otros, sino todo lo poco que tenemos y darlo con un corazón desprendido para que Él pueda hacer milagros en nuestra vida y en la de los demás. Darle tus cinco panes y tus dos peces es darle lo que tienes a tu alcance y darlo con amor.
Finalmente, como parte de la familia franciscana, hoy recordamos la Fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, llamada también de la Porciúncula, que incluye una gracia especial que San Francisco obtuvo de Dios. Se trata de una indulgencia plenaria que se concede hoy, en tiempos de pandemia, a quienes realicen una contrición perfecta, una comunión espiritual y recen por las intenciones del Papa, acompañando con un Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Para brindarte más detalles sobre los requisitos de la indulgencia he preparado un artículo que puedes visitar en mi blog: https://reflexionesparaelcaminolibros.blogspot.com