sábado, 23 de mayo de 2020

viernes, 22 de mayo de 2020

ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA DE LA ARMONÍA



1.   Cristo como punto de partida

San Francisco encontró el eje conductor de su vida en Cristo quien lo va a llevar a armonizar todo.  Cristo fue la piedra angular que sostuvo todo su accionar. Por ello, el punto de partida no son las acciones en favor de la ecología, o la lucha en defensa del medio ambiente, sino es trascender, porque si no trascendemos no podemos ver todo el panorama completo. Al igual que San Francisco, nuestro camino espiritual ha de empezar con Cristo principio y fin de todo lo creado. El camino franciscano consiste en vivir el santo Evangelio, para ello hay que conocerlo y solo así podremos vivir la armonía de la creación, porque en el Evangelio, Cristo nos enseña a vivir en armonía, de ahí parte la espiritualidad franciscana.

 

2.   Ante la indiferencia la alabanza

“Dejarse sorprender por Dios”, es una frase del papa Francisco. El asombro es un don que muy pocas personas tienen, San Francisco de Asís va a asombrarse por toda la creación que lo rodea. Una cosa es ver una flor con los ojos de un investigador que la analiza y saca unas conclusiones y otra es ver con los ojos de un poeta, de un enamorado, de un pintor que se deja atrapar por la belleza de la flor. Solo así podemos entender a San Francisco que puede encontrar la belleza exterior cuando tiene la belleza de la armonía en su interior: “Con la agudeza de su corazón penetraba de modo eminente y desconocido a los demás, los secretos de la criatura” (1 Ce 81) y es que para dejarse invadir por el asombro de las criaturas hay que tener un espíritu lleno del Creador.

Asombrarse es dejarse atrapar por el encanto de un Dios que encanta. “En cada

                                                   

Te alabo, Dios, porque...

En el universo, veo tu poder creador y vivificador.

En la naturaleza, escucho tu voz que me habla de ti.

En el cielo, contemplo el reflejo de tu inmensidad.

En el amanecer, me das tu bienvenida.

En el alimento, experimento tu providencia.

En muchos acontecimientos, veo tus milagros silenciosos.

En mi prójimo, advierto tu presencia.

En los buenos hombres, veo tu imagen.

En las obras de arte, disfruto tu inspiración.

En mis hijos, contemplo la prolongación del milagro de la vida.

En mis amigos, el amor generoso de Dios.

En mis hermanos, te encuentro cercano.

En mi pareja, descubro el complemento que creaste para amar.

En mi finitud, veo la necesidad de tu infinitud.

En mis talentos, encuentro las herramientas para cuidar la casa común.

En mi vida, son patentes tus beneficios.

En mi cuerpo, encuentro tu obra maestra.

En mi interior hay una armonía por descubrir.

En la muerte veo una entrada a la armonía universal.

En todo, te veo y te alabo mi Dios.

 

3.   Ante el dominio la minoridad

“La mejor manera de poner en su lugar al ser humano, y de acabar con su pretensión de ser un dominador absoluto de la tierra, es volver a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses” (LS 75). En el Génesis encontramos una frase “domina la tierra” y esta palabra mal interpretada ha sido causa de muchos desastres contra la naturaleza, fomentando el uso y el abuso, al creer que la palabra significa oprimir, abusar, imponer la fuerza…y en el contexto bíblico es todo lo contrario ya que nosotros somos administradores de la creación y no dueños. Y nuestra formación o anhelo de bienestar van en esa línea de tener y dominar para afianzar nuestra persona y de esta manera construimos una cultura con una visión de dominio sobre la naturaleza que al final de cuentas no solo la dañamos sino nos dañamos porque dependemos de ella, y así también vamos perdiendo nuestra verdadera esencia de la comunión con la creación. “Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla” (LS 2)

Ante esta situación San Francisco, siguiendo a Cristo nos va a presentar el camino de la minoridad que se puede traducir en una actitud constante de servicio, de ahí que a sus hermanos les va a pedir que se llamen “hermanos menores” (1 Ce 1, 38) y esto es lo opuesto a dominar pues se sometieron a todas las personas y también a todas las creaturas.

Agradece porque tienes...

La creación, Dios te la da y cuidarla es una manera de agradecer.

Tus ojos, Dios te los dio y has de usarlos para verlo en la naturaleza.

Tus labios, Dios te los dio para alabarlo por su creación.

Tus oídos, Dios te los dio para saber escucharlo en los marginados.

Tus piernas, Dios te las dio para socorrer al hombre excluido.

Tus manos, Dios te las dio para ser un buen jardinero de la casa común.

Tu inteligencia, Dios te la dio para ser un buen administrador.

Tu corazón, Dios te lo dio para amarlo en todas sus criaturas.

Tus dones, Dios te los dio para ponerlos al servicio de la casa común.

Tu familia, Dios te la dio para que en ella encuentres y compartas su amor creador.

Tu trabajo, Dios te lo dio para contar contigo como colaborador de la creación.

Tu vida, Dios te la dio para vivir en armonía.

 

4.   Ante el consumismo la pobreza de espíritu

 

“Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios” (LS 203). Ante el afán de consumo que deja al hombre cada vez más vacío y esclavizado, el mejor remedio no es la pobreza de las cosas, del tener o no tener, sino el no aferrarse a ellas, el no depender de los bienes que tenemos. Así, nos aproximamos a la pobreza espiritual que trasciende el tener, porque abarca el ser, esa es la pobreza de las bienaventuranzas: “Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3) de esta manera, el pobre de espíritu va a tener como riqueza a Dios y con ello va a vivir confiado en las manos de un Dios providente que nunca le va a hacer  faltar lo necesario para vivir en paz, porque el espíritu de pobreza va acompañado del espíritu de sabiduría y de la santa sencillez. Así, podemos apreciar el corazón franciscano en las santas virtudes que escribió el seráfico padre San Francisco:

“¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve con tu hermana la santa pura sencillez ¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad! (...) La santa sabiduría confunde a Satanás y todas sus malicias. La pura santa sencillez confunde a toda la sabiduría de este mundo y a la sabiduría del cuerpo. La santa pobreza confunde a la codicia y avaricia y cuidados de este siglo. La santa humildad confunde a la soberbia y a todos los hombres que hay en el mundo, e igualmente a todas las cosas que hay en el mundo”. (Saludo a las virtudes) 

 

 

Aprender a ser pobre como Jesucristo…

Que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos.

Que vivió sirviendo a los más pobres y no buscó que le sirvieran.

Que llenó corazones de amor, más que los bolsillos de dinero.

Que no solo entregó su vida, sino que nos llevó a la vida eterna.

Que nos dio la mayor riqueza de devolvernos la dignidad que habíamos perdido.

Que teniendo toda la justicia y poder, no vino a condenar; sino a perdonar.

Que vivió de la bolsa común y en comunidad de pobres.

Que se hizo pobre, vivió como pobre y entre los pobres.

 

De esta manera Jesús nos enseñó a:

Ser valioso, porque nuestra valía viene de Él.

Tener dignidad y reconocer la dignidad del otro.

Reconocer nuestra grandeza y defenderla para no perderla.

Dar la vida gratuitamente porque la hemos recibido gratis.

Recibir talentos para nuestro servicio, pero también para el servicio de los más necesitados.

Conocerlo no solo para admirarlo, sino para vivir como Él.

 

5.   Ante el individualismo la fraternidad

"Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permite aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia" (LS 52). San Francisco va a ser reconocido como el “hermano universal” porque va a tratar a las creaturas como “hermanos y hermanas” esta manera de relacionarse va a denotar confraternidad, respeto, cercanía, bondad, mas no dominio, daño o utilización. De esta manera, muestra un sentimiento de protección y de referencia al Creador como padre común y, sobre todo, un llamado a convivir familiarmente en la casa común. Para llegar a esta relación de armonía, se tiene que dejar el egoísmo entre los hermanos  “Y confiadamente manifieste el uno al otro su necesidad para que le encuentre lo necesario y se lo suministre» (1 R 9,10)  No se puede hablar de la fraternidad con la creación sino se habla de la fraternidad entre los hombres y no se reconoce un lazo entre todos para que pueda existir la armonía entre todos.

 

En la fraternidad, un hermano es quien…

 

Aprende a conocer al otro para conocerse a sí mismo.

Rompe sus barreras para salir al encuentro con la creación.

Trabaja por la problemática de los otros, porque siente que también es su problema.

Aproxima su vida a su Padre Dios, para aproximarse a su hermano próximo.

Necesita de los demás, como sabe también que los demás lo necesitan.

Construye puentes no solo entre los hombres, sino también con la naturaleza.

Ama a todos, porque todos somos hijos de un mismo Padre.

Bendice a Dios y por lo tanto se siente bendecido por la creación.

Descubre a Dios en su creación que lo describe.

Escucha a Dios en los cánticos de sus creaturas.

Colabora con Dios administrando bien su creación.

Contempla a Dios, aprendiendo de la creación que le refleja.

Alaba a Dios con una vida en armonía.

Ama a la creación porque es obra del buen Dios.

Cuida la casa común donde convive con todos sus hermanos.

Sirve a la creación porque la creación le sirve para vivir.

 

6.   Ante la ceguera espiritual la contemplación

 

"El mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza" (LS 12). La oración en San Francisco era una manera de vivir en contacto con Dios, ya que oraba en todo momento “caminando, estando sentado, comiendo y bebiendo” de día y de noche y se decía de él: “no era un hombre orando, sino todo él hecho oración” y va a dejar este gran legado a sus hermanos para poder llegar a la contemplación que consiste en ver la realidad con los ojos de Jesús, con los ojos de la fe, y esto es una gracia que se le concede a los hombres de oración que suelen estar en contacto, en diálogo con Dios. La oración no es una opción, ni un privilegio; sino una necesidad vital para la vida de fe. Por ello, San Francisco va a priorizar la oración sobre todas las actividades: “no apaguen el espíritu de la santa oración y devoción, a cuyo servicio deben estar las demás cosas temporales” (1 R 5, 1-2)

 

 

Alabado seas

 

Alabado seas, Padre Amado, por las aves que cantan tu grandeza y por las plantas que contemplan tu hermosura.

Alabado seas en la risa de un niño que muestra tu sencillez y en el silencio de un anciano que enseña tu sabiduría.

Alabado por el sol que nos trae el día y por la noche que nos regala las estrellas.

Alabado seas por todo lo que haces y también por cuanto permites.

Alabado seas por la vida que sale de Ti y por la muerte que nos lleva a Ti.

Alabado seas por la tierra que nos sustenta y por el Cielo que nos espera.

Alabado seas por el cuerpo que nos diste y por el Espíritu que dentro de nuestro cuerpo pusiste.

Alabado seas por el mar que refleja tu grandeza y por la arena que nos dice el número de tus bendiciones.

Alabado seas por tu Palabra que nos habla de Ti y por el silencio que nos lleva a saber de Ti.

Alabado seas por los días buenos en que nos bendices y por los malos en que nos haces fuertes.

Alabado seas por la vida con los hermanos que entre días buenos y malos intentamos amarnos.

Alabado seas por nuestro seráfico padre San Francisco, que dio inicio a la orden de hermanos menores para dar al mundo: hombres mejores.

 

 

7.      Ante las guerras, hombres de paz

“Parte de una adecuada comprensión de la espiritualidad consiste en ampliar lo que entendemos por paz, que es mucho más que la ausencia de guerra. La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida” (LS 225). San Francisco de Asís que deseaba seguir fielmente las huellas de Jesús, el Príncipe de la Paz, trata también de ser no solo un hombre de paz, sino también quiere ser con sus hermanos heraldo de paz. En su testamento manifestó: “El Señor me reveló que dijéramos este saludo: El Señor te dé la paz» (Test 10), la paz que no viene de una ausencia de conflictos, sino la paz que viene de una relación de comunión con Dios, y en definitiva para propagar la paz, hay que llevarla en el interior.

Las consecuencias de una casa común cada vez más deteriorada es la falta de paz en el hombre que lleva a los conflictos sociales y estos repercuten en la naturaleza como producto de las guerras, los odios, las venganzas… y esto trae miserias e injusticia donde los más afectados son los hermanos más pobres y débiles, entre ellos la hermana naturaleza.

 

Llamado a ser...

 

Un hombre simple en un mundo complicado.

Un hombre de paz en un mundo de guerra.

Un hombre de Dios en un mundo secularizado.

Un hombre religioso en un mundo que niega la religión.

Un hombre de comunión en un mundo dividido.

Un hombre pequeño en un mundo de gigantes con pies de barro.

Un hombre casto en un mundo castrado por sus ideologías.

Un hombre servicial en un mundo en que todos buscan servirse.

Un hombre sabio en un mundo de supuestos “inteligentes.”

Un hombre espiritual en un mundo materialista.

Un hombre pobre en un mundo consumista

Y un hombre santo entre tantos que también buscan la santidad

 

Adaptado de:  Pacheco, David (2019). En Camino con la Creación. Lima: San Pablo


DÍA 3 - LAUDATO SI: LA ARMONÍA Y SAN FRANCISCO

Santa Rita de Casia


 Oración a Santa Rita de Casia


Bajo el peso del dolor, a ti, querida Santa Rita, yo recurro confiado en ser escuchado. Libera, te ruego, mi pobre corazón de las angustias que lo oprimen y devuelve la calma a mi espíritu, lleno de preocupaciones.

Tú que fuiste elegida por Dios como abogada de los casos más desesperados, obtén la gracia que ardientemente te pido [pedir la gracia que se desea].

No permitas que durante más tiempo yo derrame lágrimas de amargura.
Si mis culpas son un obstáculo para el cumplimiento de mis deseos, obténme de Dios la gracia del arrepentimiento y del perdón mediante una sincera confesión.

Oh santa de la espina y de la rosa, premia mi gran esperanza en ti, y en todas partes daré a conocer tu gran misericordia con las almas afligidas.
Amen.

Oh Esposa de Jesús Crucificado, ayúdame a bien vivir y a bien morir.

jueves, 21 de mayo de 2020

DÍA 2 LAUDATO SI: MI CONVERSIÓN ECOLÓGICA





Nuestra conversión ecológica empieza con el encuentro con Dios en Cristo y continua con el servicio a la Creación. Aquí te damos algunas pautas para caminar hacia la conversión ecológica y en el post titulado Mi Conversión Ecológica más detalles.

Buen camino.

te esperamos.

Mi Conversión Ecológica


DÍA 1 - SEMANA LAUDATO SI



Bienvenido al primer día de nuestra Semana con Laudato Si

1. Observa el video
2. Responde las preguntas. puedes hacerlo oralmente o por escrito.
3. Medita la reflexión: "Nos olvidamos de ser hermanos"
4. Pasa a la acción y súmate al reto del día.


Comparte este mensaje con tus familiares y amigos. es importante difundir el mensaje Laudato Si, todos saldremos beneficiados. 

martes, 19 de mayo de 2020

SEMANA LAUDATO SI 2020

El 24 de mayo se cumplen cinco años de la publicación de la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, por ello estaremos compartiendo contenidos importantes de la misma y del libro En Camino con la Creación que escribí el año pasado con la intención de difundir el mensaje de Laudato Si y promover la reflexión sobre él. Mira el video de invitación más abajo y déjame tus comentarios o preguntas.
                                                          


           


¡Acompáñanos a celebrar la Semana Laudato Si 2020! 
Te dejamos el video con la invitación.
Publicaremos en Facebook, Instagram y aquí en nuestro blog.




Domingo 17 de mayo del 2020




Lectura del santo evangelio según san Juan 14,15-21

En la Última Cena, dijo Jesús a sus discípulos: “Si me aman, guardarán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro defensor, el Paráclito, para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque permanece con ustedes y estará en ustedes. No los dejaré desamparados; volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá; pero ustedes sí me verán, porque como yo tengo vida, también ustedes la tendrán. Ese día comprenderán que yo estoy en el Padre y que también ustedes están en mí y yo en ustedes. El que es fiel a mis mandamientos y los guarda es quien me ama. Y al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él”.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Si amas, podrán ver a Jesús en ti

El amor no se dice, sino se demuestra; por ello, Jesús nos ha demostrado su amor en la cruz, como dice un canto: “mira la cruz, fue por ti, fue porque te amo, nadie te ama como yo”. Bien ahora por nuestra parte lo mínimo que podremos hacer es corresponder a ese amor, y lo más beneficioso en ese mandato, es que salimos ganando nosotros, porque si amamos a Jesús, nos estamos amando nosotros, si cumplimos sus mandatos es para que Dios pueda llevarnos a realizarnos como personas.

Si Jesús es la referencia del amor, el Espíritu Santo es quien nos va llevar a amar, y es que a pesar que los mandamientos nos hacen bien, necesitamos la fuerza para cumplirlos, de ahí que Jesús promete el Espíritu Santo: “Yo le pediré al Padre que les dé otro defensor, que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la Verdad” , y este espíritu lo recibimos en nuestro bautismo para poder cumplir los mandamientos. ¿Tenemos presente al Espíritu Santo? ¿ Pedimos su auxilio? ¿Olvidamos que somos templo del Espíritu Santo?

Si queremos agradar a Dios, tenemos que desear ser santos, que comprende dejar actuar al Espíritu Santo, que nos hará descubrir cuánto nos ama el Padre y el Hijo, entonces cuando nos sintamos amados por Dios, por obra de Espíritu Santo, entonces será más fácil amar, perdonar, salir al encuentro del otro y podrán decir “ahí esta Jesús” y podrán creer que realmente Jesús sigue actuando.

Que la Virgen María nos ayude a saber corresponder el amor de Jesús.

Ofrezcamos nuestro día:

Dios, Padre nuestro,
yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos, afectos, deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos, en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo que guio a Jesús, sea mi guía y mi fuerza este día,
para ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia, te pido por las intenciones del Papa y para que se haga en mí tu voluntad.

Dios te bendiga

Hno. David Pacheco, OFM Cap

Domingo 10 de mayo del 2020





Lectura del Santo Evangelio según San Juan 14, 1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se angustien; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles sitio? Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le contesta: «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Les aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre».

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Gracias mamá por llevarme a Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida

Jesús comienza con una palabra muy precisa para estos tiempos: “No se angustien, crean en Dios y crean en mí”. Nosotros para quitar la angustia decimos: “Quédate en casa”. ¿Cómo estás en tu casa? ¿Qué problemas tendrás ahí? Nuestra solución es aparentemente simple, no salgas y listo. Sabemos que eso no basta, porque nos angustia no solo contagiarnos, sino también quedarnos en casa. Jesús va a combatir la angustia con la fe: “Cree en mí”, creer que Dios está con nosotros, que no estamos solos, que Dios va a proveer lo necesario y nos va ayudar en nuestros conflictos, temores y angustias.

No nos dice que nos quedemos en casa, sino que va a preparar su casa para que nosotros vayamos, recordar nuestra morada eterna está ahí, que aquí solo somos peregrinos y forasteros. Que nuestra casa está en el cielo y ahí si nos quedaremos con Dios para siempre.

Ante tantas propuestas para ir, ante un futuro incierto, ante el miedo de salir, y quedarnos paralizados, ante tantas voces que nos dicen qué debemos hacer u oír, nos dice la ruta a seguir: “Yo soy el Camino”. Ante tantas noticias malas, falsas, y tantos consejos dudosos, soluciones a medias, voces que no sabemos de dónde proceden, Él nos dice, para darnos seguridad: “Yo soy la Verdad”; y por último, ante la vida nueva que se nos está presentando, ante los cambios de vida que va a ver, nuevas maneras de relacionarnos, de ver la vida, de vivir con inseguridad a que esto se prolongue o venga otra pandemia peor, ante una vida incierta, Jesús nos dice cómo vivir: “Yo soy la Vida” y en otro lugar va a decir que nos viene a traer la vida abundante.

Que la Virgen María nos ayude a creer y creerle, para que nuestra vida sea Cristo.

Ofrezcamos nuestro día:

Dios, Padre nuestro, yo te ofrezco toda mi jornada, mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos, en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo que guio a Jesús, sea mi guía y mi fuerza este día, para ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia, te pido por las intenciones del Papa y para que se haga en mí tu voluntad.

Dios bendiga a todas las madres y hoy les doy una bendición especial.

Hno. David Pacheco, OFM Cap

Domingo 3 de mayo del 2020




Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guardián, y las ovejas escuchan su voz, y él va llamando por su nombre a las ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús es el Pastor para guiarte y la Puerta para una vida abundante

Jesús se va a identificar con dos imágenes, la de Pastor y la de la Puerta, en la primera nosotros somos las ovejas y Él es un pastor que da la vida por sus ovejas. Eso nos lo mostró en la cruz y al ir delante de nosotros, para guiarnos, para llevarnos a verdes praderas y llamarnos por nuestro nombre, pues nos conoce a cada uno, sabe lo que te está pasando y la necesidad que estás teniendo y por ello esta con nosotros.

En la segunda imagen nos dice que es La Puerta, que significa la entrada a la salvación “quien entra por mí, se salvará” esto significa que solo en Cristo encontramos nuestra salvación, no solo para ir al cielo, sino para librarnos de todo peligro. La puerta está siempre abierta, porque Jesús está esperando a que entres a conocerlo, a que des el paso de pasar esa puerta donde te espera la seguridad que tanto deseas. Esa puerta no se cierra, va a estar ahí, por más pecado que hayamos cometido, sigue abierta y es muchas veces la puerta de emergencia, la que cuando todas las demás puertas se cierran, se presenta como la salida a nuestras dificultades, pero es una puerta para que entres y te quedes con Él. Muchos solemos entrar y salir, entramos cuando estamos en problemas y una vez seguros salimos sin razón o por nuestros caprichos.

Pero también nosotros somos las ovejas que hemos de escuchar la voz del pastor, ahora, sobre todo, que escuchamos muchas voces de salvación, de temores, de malas noticias, de muertes, debemos escuchar su voz en nuestra conciencia, en nuestros buenos pastores, en nuestros seres queridos que nos necesitan, en nuestras autoridades que nos piden no salir, en las noticias que nos han de llevar a la oración. Al final el Buen Pastor nos ha de llevar a cruzar la Puerta, no para sobrevivir, sino para tener una vida en abundancia aunque tengamos escasez de cosas.

Agrego que hoy, IV Semana de Pascua la Iglesia Universal celebra la Jornada Mundial de Oración por la Vida Consagrada. Por eso los animo a unirnos en oración por todos los hombres y mujeres que siguen al Buen Pastor en ese estado de vida, por los que empiezan el camino y por los que perseveran muchos años en él.

Que la Virgen María nos ayude a escuchar la voz del Pastor y entrar a morar con Él, para que nuestra vida consagrada tenga abundancia y sea abundante para los demás.

Ofrezcamos nuestro día:

Dios, Padre nuestro,
yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos, en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo que guio a Jesús, sea mi guía y mi fuerza este día,
para ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia, te pido por las intenciones del Papa y para que se haga en mí tu voluntad.

Dios te bendiga

Hno. David Pacheco, OFM Cap.

Domingo 26 de Abril del 2020









Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 24,13-35



Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a un pueblo llamado Emaús, distante unos once kilómetros de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: «¿Qué ha pasado?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.» Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes son ustedes para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca del pueblo donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque ya atardece y está anocheciendo». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor



REFLEXIÓN
La Pascua no solo consiste en creer, sino en tener una experiencia con Jesús resucitado

San Lucas nos presenta a dos discípulos que están en camino, uno de ellos tiene nombre y el otro no, para que ahí vaya el nuestro. Estos discípulos estaban tristes, decaídos, decepcionados y con muchos temores por lo que se venía, ya que su maestro había muerto en una cruz, parecía que todo se había acabado. Hoy también podemos tener los mismos sentimientos de un futuro imprevisible; en eso, Jesús sale a su encuentro, Él no es indiferente y se acerca a escucharlos, porque eso le agrada: escuchar nuestras alegrías y temores.

Los discípulos pensaban que Jesús iba a salvar a su pueblo a su manera y no sabían que Jesús vino a salvar no a un pueblo sino a toda la humanidad, Jesús también se vale de esta pandemia para salvar nuestra manera de vivir, para tomar conciencia y empezar a vivir una nueva vida, vivir como lo decía San Juan Pablo II: “La civilización del amor”.

Jesús se revela por medio de la Escrituras que nos llevan a conocerlo y de la Eucaristía que nos lleva a vivirlo dentro de nosotros, ahora profundizando las Escrituras y recibiendo la comunión espiritual y con la esperanza de que pronto recibiremos la comunión eucarística.

Termina el Evangelio con los discípulos de vuelta a Jerusalén dando testimonio de lo que habían visto, y esta es la experiencia de nuestra pascua, encontrarnos con Jesús y seguir el camino con esperanza, porque sabemos que Dios no nos ha abandonado.

Que la Virgen María nos ayude a que en esta pascua y cuarentena tengamos una experiencia con Jesús.

Ofrezcamos nuestro día:

Dios, Padre nuestro,
yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos,
palabras, obras, alegrías y sufrimientos,
en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo
que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía
para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo que guio a Jesús, sea mi guía y mi fuerza este día,para ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia te pido por las intenciones del Papa y para que se haga tu voluntad en mi vida.

Dios te bendiga

Hno David Pacheco Neyra, OFM Cap