San José nos enseña a ser hermanos
La migración es una realidad persistente en la historia de la humanidad. De los 79,5 millones de desplazados en el mundo se calcula que entre 30 y 34 millones eran niños y niñas. esta realidad genera algunas problemáticas alrededor: desempleo, pobreza, discriminación, entre otros. José nos enseña a amar al hermano forastero, peregrino, migrante, aunque en cierta medida todos somos forasteros.
José recibió esta indicación de Dios en sueños: "Levántate (estaba en Belén) toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Mt 2, 13
Así, San José se convirtió en un migrante para salvar la vida de su familia. La familia de Nazareth vivió lo que vive un migrante: fueron perseguidos, atravesaron caminos desconocidos, pasaron mil carencias, peligros, desiertos para llegar a lo desconocido…
Uno de los problemas más recurrentes en torno a la migración es el prejuicio ¿Quién no ha sido victima del prejuicio? Es decir el juicio anticipado: No te ven a ti, sino ven tu país de origen, tu manera de hablar, tu tatuaje, tu corte de cabello, tu forma de vestir…. y sacan una conclusión antes de conocerte ¿te ha pasado? Seguramente, la sagrada familia también conoció los prejuicios.
Por la escritura sabemos que Jesús, incluso en su adultez sufrió muchos prejuicios: “Este es el hijo del carpintero”, “Este es de Nazareth…¿Qué de bueno puedo salir de ahí?" "Este anda entre comilonas y prostitutas…"
¿Hay migrantes en tu entrono? ¿Eres prejuicioso? ¿Eres migrante? ¿Víctima de prejuicios?
¿Qué hacer frente a esto? Atención...
- Personas que nos rodean, ahora hay que saber diferenciar entre el pecado y el pecador.
- Las redes, hay que tener criterio para saber qué nos quieren meter a la cabeza y neutralizar los malos mensajes.
- Personas toxicas, acomplejadas que discriminan que fomentan prejuicios… hay que saber apartarnos de esa mala influencia.
- Malas experiencias, hay que saber aprender para evitar que se repitan, pero no generalizar la mala conducta de una persona para todo un grupo humano.
Hay casos emblemáticos como el de Mandela que en 20 años de cárcel por quienes colonizaron su nación, no se decantó por el odio, sino por la caridad, por buscar conocer y comprender y así llegó a ser el Padre de África moderna.
Que San José nos enseñe a ser hermanos, a cuidar del débil y reconocer en el otro la dignidad de los hijos de Dios.
San José , ruega por nosotros.
Video de la charla del Hno. David Pacheco, OFM Cap
Un buen padre haría lo mismo con sus hijos así como San José amennnn
ResponderBorrarAsí es. Necesitamos mirar en San José la posibilidad de ser buenos padres, esposos, hijos, consagrados, etc.
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