🔎¿Lo reconoces?
Él es San Maximiliano María Kolbe, polaco, franciscano conventual, nacido en 1894 y dedicado al periodismo católico. Fue arrestado por la Gestapo en 1941 y murió en el campo de concentración de Auschwitz, ese mismo año durante la Segunda Guerra Mundial, al ofrecer su vida en lugar de la de otro prisionero compatriota, casado y padre de familia, que había sido condenado al búnker del hambre, como castigo de los nazis para penalizar a algunos de los reos tras la fuga de uno de ellos.
🔎¿Qué caracterizó su vida?
- Amor a la Virgen María
Maximiliano gastó su vida en tratar de hacer amar y venerar a la Sma. Virgen. En 1927 fundó en Polonia la Ciudad de la Inmaculada, una gran organización, que tuvo mucho éxito y una admirable expansión. Luego funda en Japón otra institución semejante, con éxito admirable.
- Evangelización en los medios de comunicación
El padre Maximiliano fundó dos periódicos. Uno titulado "El Caballero de la Inmaculada", y otro "El Pequeño diario". Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón y allá fundó una revista católica que pronto llegó a tener 15,000 ejemplares. Un verdadero milagro en ese país donde los católicos casi no existían. En la guerra mundial la ciudad de Nagasaki, donde él tenía su imprenta, fue destruida por una bomba atómica. A su imprenta no le sucedió nada malo.
- Dar la vida por los demás
Tuvo una vida dedicada al servicio, pero este fue su momento culmen: en 1941, encarcelado en el campo de concentración de Auschwitz un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".
En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: "Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre".
- A sacrificarnos por el bien de los demás, incluso hasta dar la vida por el hermano; aun en tiempos difíciles o complicados, no debemos caer en la indiferencia.
- A amar a la Virgen María, modelo de vida entregada y de apostolicidad.
Que lindo mensaje
ResponderBorrarSí, la vida de San Maximiliano esta llena de amor, un amor que es incluso capaz de sacrificarse con generosidad total por un desconocido. De hecho, la santidad de su vida fue inspiración para los beatos Zbigniew y Miguel, beatos mártires de Pariacoto - Perú, que puse en un post anterior. Paz y bien.
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