Domingo 3 de mayo del 2020




Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guardián, y las ovejas escuchan su voz, y él va llamando por su nombre a las ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús es el Pastor para guiarte y la Puerta para una vida abundante

Jesús se va a identificar con dos imágenes, la de Pastor y la de la Puerta, en la primera nosotros somos las ovejas y Él es un pastor que da la vida por sus ovejas. Eso nos lo mostró en la cruz y al ir delante de nosotros, para guiarnos, para llevarnos a verdes praderas y llamarnos por nuestro nombre, pues nos conoce a cada uno, sabe lo que te está pasando y la necesidad que estás teniendo y por ello esta con nosotros.

En la segunda imagen nos dice que es La Puerta, que significa la entrada a la salvación “quien entra por mí, se salvará” esto significa que solo en Cristo encontramos nuestra salvación, no solo para ir al cielo, sino para librarnos de todo peligro. La puerta está siempre abierta, porque Jesús está esperando a que entres a conocerlo, a que des el paso de pasar esa puerta donde te espera la seguridad que tanto deseas. Esa puerta no se cierra, va a estar ahí, por más pecado que hayamos cometido, sigue abierta y es muchas veces la puerta de emergencia, la que cuando todas las demás puertas se cierran, se presenta como la salida a nuestras dificultades, pero es una puerta para que entres y te quedes con Él. Muchos solemos entrar y salir, entramos cuando estamos en problemas y una vez seguros salimos sin razón o por nuestros caprichos.

Pero también nosotros somos las ovejas que hemos de escuchar la voz del pastor, ahora, sobre todo, que escuchamos muchas voces de salvación, de temores, de malas noticias, de muertes, debemos escuchar su voz en nuestra conciencia, en nuestros buenos pastores, en nuestros seres queridos que nos necesitan, en nuestras autoridades que nos piden no salir, en las noticias que nos han de llevar a la oración. Al final el Buen Pastor nos ha de llevar a cruzar la Puerta, no para sobrevivir, sino para tener una vida en abundancia aunque tengamos escasez de cosas.

Agrego que hoy, IV Semana de Pascua la Iglesia Universal celebra la Jornada Mundial de Oración por la Vida Consagrada. Por eso los animo a unirnos en oración por todos los hombres y mujeres que siguen al Buen Pastor en ese estado de vida, por los que empiezan el camino y por los que perseveran muchos años en él.

Que la Virgen María nos ayude a escuchar la voz del Pastor y entrar a morar con Él, para que nuestra vida consagrada tenga abundancia y sea abundante para los demás.

Ofrezcamos nuestro día:

Dios, Padre nuestro,
yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos, en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo que guio a Jesús, sea mi guía y mi fuerza este día,
para ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia, te pido por las intenciones del Papa y para que se haga en mí tu voluntad.

Dios te bendiga

Hno. David Pacheco, OFM Cap.

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